10 situaciones que revelan tu actitud ante la vida (y cómo hacer para mejorarla)
Este cuestionario te ayudará a descubrir cómo las reacciones que tomas pueden estar condicionando tu vida.
Aquí te propongo situaciones hipotéticas que pueden parecerse mucho a otras que tú hayas vivido, y en cada caso verás que hay 3 tipos de reacción, ninguna está mal o bien, responde de manera sincera y sin juicio, aquella que sea la más habitual en ti.

10 situaciones que revelan tu actitud ante la vida (y cómo hacer para mejorarla)
Este cuestionario te ayudará a descubrir cómo las reacciones que tomas pueden estar condicionando tu vida.
Aquí te propongo situaciones hipotéticas que pueden parecerse mucho a otras que tú hayas vivido, y en cada caso verás que hay 3 tipos de reacción, ninguna está mal o bien, responde de manera sincera y sin juicio, aquella que sea la más habitual en ti.
Toma papel y boli, luego haz click sobre cada uno de los 10 párrafos numerados, para ver las 3 opciones de respuesta, por último elige la más habitual en ti y anótala
- Es que estoy tan a gusto… pero ya verás después, seguro que me arrepiento. Opción 1
- Con todo lo que tengo que hacer no puedo seguir con esto. Opción 2
- Estoy disfrutando, ¿qué es lo prioritario? Claro que puedo disfrutar. Opción 0
- Aviso de que voy a llegar tarde. Opción 0
- La que me va a caer, voy a llegar tarde y esto no va a colar. Acabaré en la calle. Opción 1
- Vaya panda de inútiles, todos aquí metidos, ¿¡no lo ven!? No tienen ni idea. Opción 2
- Tendría que haberles dicho que yo no puedo perder este tiempo. (Pensamientos varios sobre situaciones pasadas, o reviviendo con frases y/o acciones sobre eventos futuros, confabulando lo que podría pasar y anticipando resultados). Opción 2
- Qué bien que me he traído música, un libro, mails… para este rato. Opción 0
- Qué largo, qué aburrimiento… ¿para qué habré dicho que sí?. Opción 1
- Es que me acosté tan tarde, tengo tanto sueño. Opción 1
- Me quedaría en la cama, solo pensar en todas las cosas que tengo que hacer no me dan ganas de levantarme. Opción 2
- Vale, pues a por el día. Opción 0
- Tengo que relacionarme, no me viene bien justo ahora, pero tengo que relacionarme. No pueden pensar que soy raro. Tengo que participar. Opción 2
- ¡Ay que follón! ¿y si meto la pata? ¿qué digo? ¿qué me pongo?¿pero, dónde voy yo?. Opción 1
- Genial, no tenía plan, así que me apunto. Opción 0
- Quiero dar lo mejor de mí, adelante. Opción 0
- Tengo que hacerlo muy bien. Tengo que dar la talla. No puedo fallar. Opción 2
- ¿Y si me quedo en blanco? ¿qué hago si veo que no lo estoy haciendo bien? La voy a pifiar. Opción 1
- Lo que me faltaba. No me van a admitir, de nuevo me quedo fuera. No encajo en ningún lado. Se van a reír de mí, aunque no me lo digan, lo sé. Opción 1
- Mirad, esto es lo que ha pasado, se me ocurre solucionarlo pidiendo unas pizzas o… Opción 0
- Soy inútil, un desastre. Todos lo consiguen y yo no. Siempre lo estropeo. Opción 2
- Sí, lo quiero (o no lo quiero). Opción 0
- ¿Y si no sale bien? No sé si estoy listo. Quizá sea demasiado. No puedo decepcionarles pero no me veo… Opción 1
- Ya era hora, debería haber sido antes. Opción 2
- ¡Ah! Es un barato, un trapillo. Opción 1
- Me he vestido para la ocasión, tengo que ir acorde con la situación. Opción 2
- Muchas gracias. Opción 0
- Sí, se ha quedado frío pero se puede calentar. Sí está soso, ¿te paso la sal?. Opción 0
- Haber venido antes para que no se hubiera enfriado. Haberlo cocinado tú para pillar el punto de sal. Opción 2
- Es que es la primera vez que lo hago, es que ha venido “x” a ayudarme y me ha distraído, es que me han llamado por teléfono y, demasiado bien me ha salido. Opción 1
Ahora analicemos tus respuestas:
Haz el recuento de respuestas tipo 0, 1 y 2. Esta valoración te dará información sobre una tendencia en la actitud con la que sueles ver o vivir la vida.
¿Qué tipo de respuestas ha sido mayoritario? Anótalo también
Este predominio de un tipo de respuesta frente a otro, te revelan una tendencia a actuar de determinada forma frente a todos los órdenes de tu vida, y por ello te propongo que veas aquí abajo la interpretación de tu valorización, para decidir si quieres hacer un cambio en tu vida.
Revela una perspectiva exigente tanto para ti mismo como para los demás. Tienes la sensación de que nada está bien. Nada es suficiente.
Como consecuencia, vas haciendo un suma y sigue de muchas frustraciones que acaban por afectar a tu humor y tu ánimo. A menudo sueles estar irascible e intolerante, con la sensación de estar muy cansado, de no poder más. Te sientes angustiado por no saber qué hacer, queriéndolo hacer todo muy “bien” y sintiendo que lo haces todo “mal”.
Respecto a los demás, sueles sentir que son distintos a ti, o bien que son más que tú y te ahogas con ese sentimiento de inferioridad, o bien que son menos que tú y te alivias con la sensación de superioridad. En ambas ocasiones, las sensaciones no son coherentes con la realidad, solo son percepciones extremas que se complementan para protegerte de la opuesta según la situación, aunque tú las vives con angustia e impotencia.
Sientes la necesidad de que alguien te dé el visto bueno para poder avanzar. Te cuesta mucho decidir y el sentimiento de culpabilidad te embarga.
Hay un miedo de fondo, que es el temor a no ser aceptado o querido, a ser rechazado o incluso a ser “regañado”. Puede resultarte difícil actuar y te es fácil encontrar excusas para no afrontar situaciones o las consecuencias de no haberlo hecho.
Esta perspectiva ante la vida te lleva a una sensación de dependencia y vulnerabilidad que te impide conectar con tu fuerza, acceder a quien eres.
Repites patrones de cuando eras niño y esto dificulta el cómo te relacionas con los demás. Quizá desempeñes el papel de víctima, de niño “pobrecito” en busca de un “salvador”, que te consuele y rescate como tú no logras hacer por ti. Quizá desempeñes el papel de niño “tirano”, siendo caprichoso y sin reciprocidad en tus contactos sociales. Sea como sea, ni te encuentras bien ni encuentras tu sitio a pesar de los beneficios secundarios que obtienes en cuanto a atención (o a la ausencia de ella).
Vives las situaciones desde el estado del yo adulto, eso es lo que te indica que estás en toda tu fuerza.
Puedes tomar decisiones y asumir las consecuencias sin atascarte en el análisis, ya sean favorables o desfavorables. Quizá a veces te sientas solo, especialmente cuando tus decisiones son diferentes a lo esperado por los demás o el contexto en sí, aún así te reafirmas en tu decisión y esa soledad te hace más fuerte.
El pasado y el futuro no se adueñan de tus pensamientos ni de tu presente, pues a cada nueva situación le das la oportunidad de vivirla tal y como viene, independientemente de lo similar que fuera a alguna experiencia pasada, puedes tomarla como nueva.
Sientes que avanzas con el pack de lo “bueno” y lo “malo” que surja, sin perderte ni en la euforia ni en el drama. Avanzas. Decides. Te haces cargo de lo tuyo.
Renuncias a lo que te gustaría que fuera o que hubiera sido. Renuncias a repetir lo viejo.
Vives conectado con el presente, abierto a lo nuevo. Te adaptas a la situación y tus respuestas no son previsibles, dependerán de cada situación conforme venga.
Esta es mi propuesta:
Te invito a experimentar con cada una de las tres respuestas para elegir la que te haga sentir mejor.
No te preocupes, puede ser algo nuevo para ti, aunque debes confiar en lo que sientes, en eso que has experimentado. Y luego comprueba, cada vez, que pasa a continuación en ti, en los demás, e incluso en el desenlace de la situación.
Ahora que ya conoces tu patrón, con sus pros y sus contras, puedes elegir cambiarlo o perpetuarlo. Porque hoy tienes permiso para soltar lo viejo y empezar a disfrutar de tu vida.
¡Adelante! Vívelo y, si quieres, comparte conmigo tu experiencia a mi correo info@quieretemucho.es
Esta es mi propuesta:
Te invito a experimentar con cada una de las tres respuestas para elegir la que te haga sentir mejor.
No te preocupes, puede ser algo nuevo para ti, aunque debes confiar en lo que sientes, en eso que has experimentado. Y luego comprueba, cada vez, que pasa a continuación en ti, en los demás, e incluso en el desenlace de la situación.
Ahora que ya conoces tu patrón, con sus pros y sus contras, puedes elegir cambiarlo o perpetuarlo. Porque hoy tienes permiso para soltar lo viejo y empezar a disfrutar de tu vida.
¡Adelante! Vívelo y, si quieres, comparte conmigo tu experiencia.