Acepta a tu pareja para aceptar a tu hijo tal y como es
En la tarea de ser padres, al igual que en la relación en pareja, es indispensable el respeto mutuo y la comunicación como principios de cada acción.
Cuando hay tolerancia entre ambos padres y se aceptan tal y como son, sin peros, es más fácil también la aceptación al hijo tal y como es, para que él encuentre su sitio en la vida y desarrolle su misión en plenitud.
En definitiva, es lo que todo padre quiere.
Aunque este equilibrio se rompe cuando aflora la comparación sobre los distintos criterios educativos o de crianza, aún más cuando se valora para juzgar cuál es mejor que el otro.
Esta postura impide la aceptación del otro tal y como es.
Los hijos son 50% papá y 50% mamá, son la reconciliación, la fusión de los dos sistemas. De ahí que no quepa comparación alguna, pues la herencia genética incluye, no solo lo biológico, sino también los perfiles de personalidad y patrones de comportamiento de cada sistema. A veces es fácilmente identificable, y en otros casos no tanto, pero recuerda: mitad y mitad.
Lograr esta aceptación es el desafío.
Por eso te propongo hacerlo desde un juego al que llamo “el otro es mi espejo”, y consiste en que cuando sientas que algo del otro te desagrada, mires dentro tuyo para buscar ese mismo comportamiento en ti.
El espejo te mostrará lo que tú tienes igual que el otro y que no te permites o no aceptas, por ello no lo toleras en el otro.
Esta es una forma de ver el dolor que hay detrás de muchas de nuestras reacciones (y también de los demás), por lo que tienes la posibilidad de mirarte con ternura y comprensión, y de igual forma puedes extender esa mirada hacia el otro.
Porque desde afuera es sencillo juzgar y criticar, aunque la realidad es que cada uno hace lo que puede hacer y solo lo que puede hacer.
Una vez que identifiques lo que no te gusta del otro que también está en ti, prueba decirte estas frases:
Renuncio a mis gustos, a mis preferencias.
Te permito ser como eres.
Me permito ser como soy.
Gracias por ser exactamente cómo eres.
Estas frases agradecen todo lo que se pone en marcha en tu rechazo, en la renuncia a tus preferencias, en tu negación de tus flecos infantiles sobre las fantasías acerca de la vida y de cómo deberían ser y/o hacer los demás.
Son frases que revelan la necesidad que tenemos del otro y de la utilidad de las dificultades para poder avanzar en la vida, en nuestro desarrollo y crecimiento personal y, en el de los nuestros.
Te invito a practicarlas y si lo deseas puedes contarme aquí qué has sentido al hacerlo.