¿Cómo parar el ruido mental y encontrar la calma?
Hay un solo lugar donde habita la calma, y es en el momento presente, así de sencillo y también de complicado es, porque situarse en el aquí y ahora puede ser muy desafiante.
Aunque para eso puedes valerte de herramientas simples como la práctica de la respiración consciente, incluso puedes recurrir a técnicas aún más sencillas como poner atención exclusiva en lo que estás haciendo con tus manos, en los pasos que das al caminar o en el ruido del pedaleo de la bicicleta.
Cada vez que necesites calmar tu mente puedes utilizar estas estrategias de calma y presente. Este es el primer paso.
Después, una vez que te apacigües, observa tus pensamientos e identifica aquel que te generó esa escalada de emociones que te llevó a alterarte, míralo de forma consciente y pregúntate: ¿es real?, ¿es real en este momento presente? Si la respuesta es “sí”, atiende a ese pensamiento, aunque si la respuesta es “no”, hay poco trabajo por hacer.
Puede que el sentimiento no sea real porque se refiere al futuro o porque simplemente es una suposición.
Por ejemplo: imagina que has tenido un mal día en el trabajo y algunas tareas que tenías por hacer salieron mal por lo que tu jefe no estaba muy contento contigo, luego pasaste por el pasillo y dos de tus compañeros hablaban entre ellos mientras uno cruzó la mirada contigo y la desvió nervioso.
Es posible que esa situación haya despertado una infinidad de pensamientos en ti, y me atrevo a decir que ninguno es positivo.
Ahora imagina que luego de esa jornada laboral, estás en tu casa a la noche y no puedes conciliar el sueño, te sientes nervioso porque repasas el día y ensayas escenarios en tu mente, ¿será que mañana llego y me cambiaron de sector?, ¿me despedirán?, seguro que ahora las vacaciones que pedí me las suspenderán… y así puedes pasarte toda la noche en vela, porque nunca te preguntaste lo más importante: ¿es un pensamiento real?, ¿es real en este momento presente?
Una vez que entiendes que ese pensamiento no es real, lo dejas ir, lo desechas sin prestarle más atención, esa es la tarea que debes hacer, porque si trabajas tus pensamientos de manera consciente te vuelves capaz de decidir qué emoción va a venir a continuación.
De esta forma, un pensamiento a la vez, un día a la vez, logras mantenerte en el momento presente que es la única manera de poder avanzar y de evitar sufrimientos que no te llevan a ningún lado en el que quieras estar.
Cuéntame, ¿cuántos de los pensamientos que alteraron tu calma esta última semana no fueron reales? Dime también si hay algún pensamiento que te persigue de manera insistente haciéndote dudar de si es o no real, es decir, si está en el momento presente o no.