Silencio y tiempo, las dos claves que te ayudarán en la comunicación con tu pareja
Sé que no te estoy dando ninguna novedad cuando te digo que la vida en pareja tiene innumerables desafíos, y la gran mayoría de ellos ve su progreso a través de los distintos indicadores que podemos observar en la comunicación.
Cuando convives en pareja, compartes lo bueno y lo malo de tu día y del de la otra persona, y si eso lo pones en semanas y años, es mucho tiempo y situaciones compartidas. Por eso el respeto es fundamental, y la forma de verlo reflejado es a través de la comunicación, pues esta última es indicador de aquel.
Y hay mucho que puedes hacer en este sentido, aunque hoy me quiero centrar en lo que puedes hacer desde la comunicación, incluso antes de emitir una sola palabra.
Este es el primer paso: define el mensaje que quieres transmitir, como cuando escribes un texto en WhatsApp y lo relees antes de darle a “enviar”. Este hábito también te ayudará a frenarte para confirmar si en realidad quieres decir eso que está ahora en tu mente, o no.
Verás que implica ir más despacio y más consciente.
Sé que es un desafío, pero vale el esfuerzo por los beneficios que eso traerá a vuestras vidas, y solo estamos hablando del primer paso, de una primera gran actitud.
También requiere de silencio y tiempo, que son las claves para vivir de forma consciente soltando la inercia. ¿Te has dado cuenta cuando te bajas de un autobús como percibes la velocidad a la que venías? ¿O cuándo das vueltas sobre ti mismo y de repente paras? ¿Sientes la inercia?
Cuando aplicas estas claves a tu vida diaria, ante cada situación, cada reacción y cada respuesta, estarás ganando calidad de vida en todos los ámbitos de tu vida, y justo allí es donde aparecerá lo nuevo, la posibilidad de crecimiento y de permitirse ser uno mismo… solo desde allí también permitirás ser al otro.
Para llevarlo a la práctica prueba estas frases al empezar una conversación:
¿Qué te parece si…?
¿Cómo ves…?
Mira lo que estoy pensando.
Voy a contarte lo que tengo en mente.
¿Qué hacemos con…?
¿Qué se te/nos ocurre respecto a…?
Y también te aconsejo algunas frases que debes evitar:
Las que giren en torno al “TÚ” como acusación, crítica o reproche, “Porque tú…”, “Esto es lo que tú haces…”
Las que impliquen comparación entre ambos miembros de la pareja “Yo he hecho todo esto y tú…”
Las que ensalzan el “YO”, que van en el mismo baile que las del “TÚ” como crítica. Por ejemplo, “Te espero continuamente y no recibo ni una explicación”, “Esperaba que me dijeras algo”, “A mí no me gusta eso”…
Todas las frases que lleven “SIEMPRE/NUNCA”, “TODO/NADA”… por ejemplo, “Siempre escucho lo que tienes que decir”, “Todo el día igual…”
Como recomendación, prueba a poner un “NOSOTROS” en vez de un “TÚ” y un “YO”, a ver cuál es el resultado para que después puedas elegir.
Y respecto a los extremos piensa, ¿seguro que es “siempre”?, proponte concretar, verás como enseguida disminuye la tensión entre ambos.
Verás que al estar en el presente, dejando que las cosas pasen, desde el silencio y el tiempo que la situación requiera, puedes elegir cómo reaccionar. En ese espacio hay claridad para poder elegir el cambio que persigues hacer.